Un día me entero de que Bomberos Zaragoza va a hacer un concurso de proyectos para renovar una sala de espera del Hospital Materno-Infantil de Zaragoza, con el que colaboran a menudo, así que con varias ideas en la cabeza, decido presentarme y ponerme manos a la obra!
No tengo mucha información de primeras sobre cómo abordar un proyecto en un Hospital, así que me lanzo a la piscina con mis ideas, sabiendo que luego vendrían cambios casi seguro.
Uno de los requisitos era que los niños que visitaran la sala, pudieran vivir el espíritu de colaboración y ayuda de los bomberos, así que lo primero fue pensar muy bien la idea: Qué quería transmitir y qué quería que los niños y padres sintieran al entrar allí.
Para mi, que aunque mi marido es bombero y quizás estoy un poco más familiarizada con su entorno, ese mundo me resulta algo muy curioso y particular; y desconocido para quien lo ve desde fuera. Así que mi propósito fue recrear un pequeño mundo «bomberil» desde dentro.
Decidí que quería mostrar cada uno de los diferentes trabajos a los que se enfrentan en sus servicios y también sus vehículos o el material con el que cuentan para vestirse y protegerse. Quería que la sala fuese una especie de Tour por el que los niños verían y descubrirían estos diferentes aspectos.
Mi primera propuesta, que después al ser elegida y pasar a ponerla en común con diferentes representantes tanto de Bomberos como del Hospital, era realizar murales pintados a mano mostrando esas actividades (ya que los recursos eran limitados y los plazos también, además de tratarse del mes de Agosto)
Otra de las ideas que presenté, era una estructura en forma de parque de bomberos, a dos alturas donde los niños pudieran entrar y bajar a través de una barra de Bomberos, pero la de la barra fue una de las cosas que más nos costó encajar y conseguir, debido a que nos planteaba problemas de seguridad para los niños que pudieran estar en algún momento desatendidos.
La casita finalmente quedó descartada tanto por evitar peligros, como por la considerable reducción del espacio que tenía que albergar el mayor número posible de asientos, debido a que es una sala pequeñita y muy concurrida.
Pero tras alguna corrección más en el proyecto, nuestra mayor sorpresa fue encontrar una salita que estaba cerrada al público y que finalmente pudimos utilizar. Eso nos permitió ampliar considerablemente el espacio y dar un giro al planteamiento del proyecto, ya que ahora, además de tener más easientos, también íbamos a poder implantar una zona de juegos segura para los peques!
El equipo de mantenimiento del Hospital se puso manos a la obra en seguida y al día siguiente, ya teníamos la sala completamente abierta, paredes y techos pintados y las luces antiguas sustituidas por nuevos focos LED.
En general todo el proceso tenía que ser rápido y en horarios muy marcados porque era una sala muy concurrida y costaba bastante esfuerzo para el hospital reubicar a los pacientes, aunque tuvimos la suerte de poder tenerla a nuestra disposición durante varias semanas al bajar las citas en verano.
Felices con el nuevo espacio, decidimos entre todos que la mejor idea era la de los murales, mobiliario de asiento y zona de juegos para los niños. Aunque la idea de «construir» una estructura donde los niños pudieran entrar, interactuar y jugar era una ilusión de todos, así que sustituimos el parque de Bomberos por un camión de Bomberos.
Pero no podíamos construir uno desde cero, así que ¿Cómo lo hicimos? Pues parecerá extraño, pero recurrimos a comprar lo más parecido que encontramos ya hecho: Una estructura de cama! en una plataforma de segunda mano y como no tenía las dimensiones necesarias, un equipo de Bomberos se puso a trabajar en ellas y pudo modificarlo para que quedara así de increíble!
Según nos cuentan los papis que visitan la sala. Los niños están encantados con el camión, otra de las atracciones sí o sí tenían que estar, era la barra de Bomberos, cómo no!
Así que la solución final fue hacer una réplica de lo que podemos encontrar en el Museo del Fuego y los Bomberos de Zaragoza aunque en esta versión, para bajar por ella los papis tendrían que aupar a su pequeño/a en brazos o ellos mismos agarrarse, sin crear una plataforma superior por la que tirarse, para evitar riesgos.
Una zona de Mesas y banquetas con juguetes proporcionados por Bomberos, de todos esos que los niños donan cada año, componen el resto de la sala.
La verdad es que para mí, embarazada de 8 meses de mi primer hijo y colaborando con mi marido y otros compañeros magníficos de Bomberos, sabiendo que íbamos a mejorar ese ratito de espera que pasan los niños en momentos complicados, no pudo ser una experiencia personal más enriquecedora y bonita.
Me gustaría agradecer personalmente a Noé Fernández Bernier, presidente de la Asociación Cultural y Deportiva Bomberos Zaragoza, su iniciativa, tanto esta como todas las que tiene y su disposición infinita y desinteresada a ayudar hasta que todo queda solucionado. También al personal del Hospital qué supervisó el Proyecto: Mamen, Mar y Manuela y que tanta ilusión y ayuda aportaron y cada uno de los bomberos que vinieron a echar horas en Agosto pintando, trayendo material, montando muebles y mil cosas más. Gracias de verdad, gracias a todos ha sido posible!